Ante el notable retraso en la construcción del colegio número 2 el Ayuntamiento ha decidido tomar la iniciativa y aprovechar las aulas del futuro conservatorio. La idea es contar con un sitio que tendrá inutilizadas parte de esas instalaciones durante toda la jornada lectiva. La Concejalía de Educación ha propuesto a la Generalitat suprimir las históricas aulas prefabricadas del colegio público Azorín para trasladar a más de 200 alumnos a las nuevas instalaciones, ubicadas en la Plaza de la Casa de Cultura.
La iniciativa se ha tomado para intentar atajar el problema de no contar con un segundo centro escolar de Primaria, proyecto que lleva años en el cajón, primero por la ausencia de terrenos disponibles y después porque la capacidad de financiación de la Conselleria de Educación no está para alegrías.
El inspector territorial de Educación, Cayetano Alfonso, visitó ayer junto con el alcalde, Aurelio Albero, y la concejal de Educación, María Manuela Sánchez, las obras del conservatorio, a escasas semanas de su finalización. La idea es que durante la mañana y por la tarde, hasta la hora del cierre escolar, las aulas alberguen a los estudiantes de los últimos cursos de Primaria que ahora reciben clases en barracones con más de diez años de antigüedad.
Una vez concluyan la jornada escolar las aulas acojan a los estudiantes de solfeo y de danza, puesto que el próximo mes de septiembre el mismo órgano del Consell ha autorizado impartir clases de ciclo medio de estudios musicales. De este aprendizaje se encargará la Sociedad Musical La Constancia.
El estudio para trasladar a los alumnos lo tiene que hacer la dirección provincial con diligencia, puesto que las condiciones de las aulas prefabricadas empeoran cada año.
En cualquier caso la edil de Educación ve factible esta solución puesto que ya han pasado la inspección de conselleria para que les conceda el permiso para poder erigirse como conservatorio en grado profesional. El edificio en obras, que es una ampliación de la casa de cultura, estará previsto para principios del próximo mes.
Sánchez destacó que «todos los alumnos de Catral deben contar con las mismas comodidades, por lo que desde el Ayuntamiento estamos haciendo un esfuerzo para poder enviar a los 216 alumnos que están en aulas prefabricadas a un edificio nuevo», una solución que es más rápida y de la misma manera se amortiza el edificio cultural con otros usos complementarios.
De aprobarse esta medida por parte del gobierno valenciano todos los escolares de Infantil y Primaria estarían aglutinados en edificios conjuntos ya que el futuro conservatorio de danza y música se encuentra a las espaldas del colegio público Azorín, con lo que se evita desplazamientos.
La falta de aulas para Primaria es un problema enquistado en Catral, un municipio que ha visto cómo varias generaciones de estudiantes han pasado sus últimos años de colegio en barracones. El equipo de gobierno redactó la legislatura pasada un plan especial urgente para crear suelo dotacional educativo, aunque falta la firma de uno de los propietarios ha demorado el proyecto de urbanización del solar en cuestión.
Por su parte el grupo socialista presentó ayer una moción debatida en Pleno para que el Ayuntamiento se niegue a ceder una parcela en la que se pueda construir un centro escolar con financiación privada. A esta petición María Manuel Sánchez respondió que «tenemos el compromiso público del vicepresidente José Ciscar de que el colegio de Catral se hará con fondos públicos y en cuanto haya dotación presupuestaria».
